En el vasto universo de la alimentación saludable, la quinoa y la avena se alzan como dos gigantes nutricionales, cada uno con sus propias virtudes y beneficios. La quinoa, venerada como un "superalimento", aporta proteínas completas, fibras y una gama de nutrientes esenciales. La avena, por otro lado, es reconocida por su fibra soluble y su capacidad para mejorar la digestión. Juntos, forman una combinación poderosa que no solo eleva el perfil nutricional, sino que también despierta la creatividad culinaria.
En esta búsqueda de delicias saludables, hemos explorado una fusión intrigante: las Galletas de Quinoa y Avena. Más que un simple placer para el paladar, estas galletas representan un encuentro entre dos supercereales, creando un postre que celebra tanto el sabor como la salud.
¿Por qué debería combinar la avena con al quinoa?
La quinoa y la avena, por sí solas, son auténticos supercereales que aportan innumerables beneficios a nuestra salud. Al fusionarlos en unas galletas, obtenemos un postre que no solo satisface nuestros antojos sino que también cuida de nuestro cuerpo.
¿Por qué esta combinación? En primer lugar, ambos cereales son reconocidos por mejorar la digestión y prevenir enfermedades asociadas con el estreñimiento. Su aporte de fibra es esencial para mantener un sistema digestivo saludable. Además, estas galletas resultan ideales para combatir la fatiga y poseen propiedades diuréticas que contribuyen a la salud renal.
Ingredientes sencillos paralas galletas de avena y quinoa
La simplicidad de los ingredientes hace que estas galletas sean aún más atractivas. Requieren:
1 taza de quinoa previamente cocida.
250g de mantequilla a temperatura ambiente.
10 cucharadas de leche condensada.
2 tazas de avena en hojuelas.
1 taza de harina de trigo integral.
Pasos para hacer tus galletas de avena y quinoa
Precalienta el horno a 180ºC.
En la batidora, mezcla la mantequilla y la leche condensada hasta obtener una consistencia cremosa.
Incorpora la harina, la avena y la quinoa, amasando hasta lograr una mezcla homogénea.
Refrigera la masa cubierta con papel film durante 30 minutos.
Transcurrido el tiempo, forma pequeñas bolitas de masa, aplánalas ligeramente y colócalas en una bandeja con papel para hornear.
Hornea de 15 a 20 minutos o hasta que las galletas adquieran un tono dorado.
Retira del horno y deja enfriar antes de servir.